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Forzados por el cambio climático

En la última década, los conflictos y la violencia han ido disminuyendo su importancia como causas de los desplazamientos humanos, cuando por efecto del cambio climático se han triplicado los desastres naturales, que en 2030 llevarán a cerca de 1.000 millones de personas a abandonar sus hogares, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

A escalas y en épocas diferentes, la precariedad del entorno está en la base de las movilizaciones de los humanos, por factores que van desde el agotamiento de los recursos naturales en la Prehistoria, hasta las variaciones de la temperatura en la era postindustrial.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR),  Filippo Grandi, reconoce la intervención del cambio climático en el incremento de los desplazamientos forzados y voluntarios en la última década, subrayando que “desde 2010, las condiciones meteorológicas extremas han obligado a desplazarse a una media de 21,5 millones de personas al año”, sin perder de vista la violencia y los conflictos, que hasta noviembre de 2021 habían conducido a 84 millones de personas en todo el planeta a movilizarse.

Desde la misma perspectiva, el informe del Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC), ofrecía la relación entre el tipo de desastre natural y los migrantes generados, cuyo total alcanzó hace dos años 23.900.000: 13 millones por tormentas, 10 millones por inundaciones, 947.000 por fenómenos geofísicos, 24.500 por temperaturas extremas, 276.000 por sequías y 528.000 por incendios incontrolados. Algunos, sin embargo, no lograron evadir los eventos climáticos, pasando a engrosar los índices de mortalidad los cuales de acuerdo al Reporte del Estado del Clima en América Latina y El Caribe 2020, “cobraron más de 312.000 vidas en América Latina y el Caribe y afectaron a más de 277 millones de personas entre 1998 y 2020”.

El fenómeno ha continuado in crescendo en solo medio siglo, cuando las catástrofes se multiplicaron por cinco, al igual que los costos económicos y humanos en una proporción de “115 muertes y 202 millones de dólares perdidos al día”. No obstante, la preocupación de China, Estados Unidos, India y Rusia, responsables del aumento del efecto invernadero, se concentran en atenuar las secuelas, antes que en la prevención y el impacto que sus actividades le están ocasionando al planeta. Sin duda, una postura individualista que también se patentiza en el abierto desinterés y desacato a los acuerdos firmados sobre el tema, pese a que, China e India, generan más de 10.065 millones de toneladas y 2.654 millones de toneladas de CO2, respectivamente.

En cuanto a Estados Unidos, que aporta 5.416 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera,  ha optado por observar las repercusiones de las migraciones climáticas dentro de su entorno, antes de avocarse a las causas de estas, por considerarlas un factor desestabilizador de la seguridad nacional y mundial, en parte,  por la vecindad con Haití, Guatemala, México y El Salvador, cuatro de los once países más vulnerables a los desastres naturales, que incrementarían las probabilidades de movilidad de su población en los próximos años.

La ausencia de sanciones y presiones externas para que estos países recorten las emisiones de gases de efecto invernadero, ha contribuido a que se configure un escenario complejo y de difícil solución, que se agravará en las décadas siguientes, ya que de acuerdo a un patrón analizado por un grupo de científicos se vaticinan nuevas olas de calor, sequías e incendios forestales en buena parte de Europa y Norteamérica, las cuales continuarán empujando a los habitantes de los países en vías de desarrollo a migrar o morir.  “De las muertes, más del 90% ocurrieron en países en desarrollo, con las sequías, las tormentas, las inundaciones y las temperaturas extremas como los desastres causantes -en orden descendiente- de las mayores tasas de mortalidad”, dijo el jefe de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas.

Los indicadores insisten en la urgencia de cooperar para prevenir males mayores, vinculando el fenómeno de las migraciones climáticas con el compromiso  suscrito por los gobiernos de los países desarrollados en el Acuerdo de Paris de mantener el nivel de  la temperatura muy por debajo de los 2°C, caso contrario, atender la  deuda pendiente con los migrantes climáticos, de acuerdo a la reflexión del experto Teevrat Garg “Muchas de las emisiones de carbono que alimentan el cambio climático se han originado en naciones ricas, pero las consecuencias las están padeciendo de manera desproporcionada las más pobres”…

Una posibilidad de resarcir al menos parte del daño…

© MSc.Luz Delia Reyes. Educadora Ambiental.2022. Mail: Redaccionenline@gmail.com / Foto: Cortesía 

 

 

 

 

 

 

 

 

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