Fue aprobada en la provincia de Chubut, Argentina, la Ley Provincial XVII-N°52 (Ex 4100), a través de la cual se promueve y otorga estímulo económico utilizando fondos públicos, a la caza del zorro colorado (Lycalopex culpaeus) y del puma (Puma concolor), como medida para solucionar el conflicto entre estos animales silvestres y el ganado.
Esta disposición no solo incluye una campaña para “el Control de las Especies Depredadoras” que estimula la cacería de estos ejemplares autóctonos; más preocupante aún, es el hecho de que esta disposición “obliga” a todas aquellas personas cuyas tierras estén destinadas a la cría de ganado o alberguen estos animales, hacer uso de estos mecanismos de control.
El zorro colorado y el puma, son representantes del conjunto de grandes depredadores cuyas funciones son de considerable importancia ecológica, figurando en dos eslabones esenciales de los ecosistemas como “depredadores tope”. Por esta razón, tienen tanta influencia en la organización de las comunidades, ayudando a mantener la abundancia y riqueza de mamíferos, aves e invertebrados, y representan una de las mayores fuerzas de selección natural, en las que se observa la clara imagen de condiciones de adaptación, modeladas en sus procesos de evolución depredador-presa (Marques 2011; Ripple, 2014). Conozcamos un poco sobre estos ejemplares:
El Zorro Colorado
De nombre científico (Lycalopex culpaeus), también llamado zorro colorado patagónico, zorro culpeo patagónico, zorro andino, entre alguno de sus nombres comunes, forma parte del grupo de mamíferos carnívoros que habitan en el oeste y sur de América del Sur, y específicamente en Argentina, se encuentran en la Patagonia Argentina y en las provincias de Río Negro, Chubut y Santa Cruz.
Con quijada y zona abdominal blancuzca, los zorros colorados se caracterizan por tener pelaje largo y abundante, rojizo en sus laterales, el cual se convierte en tonos pardo grisáceo o casi negro hacia el dorso; tonalidades que pudieran variar según el individuo, la época del año y las regiones donde habita. Son también rasgos característicos de estos ejemplares, el tener cabeza, orejas y patas en rojizos intensos, así como una larga y vistosa cola, cuyos tonos van hacia colores rojos amarronados.
Aun cuando los zorros colorados no tienen muchos depredadores naturales más allá del puma, estos han sido intensivamente cazados en su territorio por mucho tiempo, disminuyendo su hábitat en razón de la ocupación por centros urbanos y actividades humanas como la ganadería.
Esta situación, unida a la condición de ser un depredador oportunista que se alimenta de una gran variedad de presas, genera que el zorro colorado ataque a los rebaños, colocándolo en una condición de “indefensión”, pues al atribuírsele la mortandad del ganado, se ha recurrido a las distintas formas de combatirlos, desde la matanza indiscriminada, hasta el uso de cebos impregnados con sustancias venenosas de las que también son víctimas otro tipo de animales.
El Puma
De hábitos nocturnos, solitario y territorial, encontramos al puma (Puma concolor), considerado como uno de los más grandes mamíferos del hemisferio occidental. En la Argentina, se localiza en variedad de ambientes, desde la estepa patagónica, pasando por los bosques subandinos, hasta las selvas del noroeste y noreste, la razón es que, al ser una especie adaptable y generalista, posee un nicho ecológico potencialmente extenso. No obstante, aun cuando su distribución geográfica es muy amplia, en algunos sectores las poblaciones han disminuido e incluso en algunas provincias de Argentina se ha extinto, en razón a la ampliación de las fronteras agropecuarias y el urbanismo ha restringido su presencia.
Es el felino de mayor tamaño después del jaguar, posee aspecto esbelto y musculoso, de cabeza pequeña, redondeada, orejas erguidas, cola larga, de pelaje corto, suave en el adulto, que va desde color canela con gamas hacia el rojizo amarillento, pudiendo variar de acuerdo al ejemplar, el ambiente o la época del año. Como cazador predador, son felinos muy agiles, con patas fuertes, las cuales conjuntamente con el cuello, mandíbula y colmillos utilizan para atrapar y matar a sus presas.
El desarrollo de la actividad agropecuaria ha traído serios problemas con esta especie, haciendo que su persecución y matanza sean cada vez más intensas. Pero el fenómeno de la depredación sobre el ganado no es un evento aislado, pues la ocupación de sus espacios y la disminución de la abundancia de sus presas naturales, son hechos que predisponen a este carnívoro hacia el consumo del ganado doméstico.
Recordemos, la importancia del puma en su rol de depredador tope, dada su función como regulador de especies comunes y exóticas; así como, para el mantenimiento del vigor en las presas, al eliminar ejemplares viejos y enfermos; e incluso para el control de comunidades vegetales consumidas por los herbívoros que son presas del puma.
Si bien es cierto, que deben generarse estrategias que permitan manejar los conflictos existentes entre estos carnívoros nativos, por la amenaza que representan para la ganadería en mayor o menor escala, premiar económicamente la obtención de pieles y cráneos de estos ejemplares, como es premisa en la Ley Provincial XVII-N°52 (Ex 4100), promueve la matanza mediante el uso de mecanismos obsoletos y descontextualizados, que atenta contra las leyes naturales.
Ante la situación plateada y por iniciativa de la Fundación Vida Silvestre, se crea la campaña titulada #LeyesqueAtrasan, cuyo propósito final es la derogación de este precepto legal que va en perjuicio de las referidas especies; y para ello, exhortan a la ciudadanía a que participen sumando firmas a través de un link colocado en su bio, al cual se ingresa: vidasilvestre.org.ar/pumasyzorros.
Desde la Fundación Huerto los Ayamanes nos sumamos para apoyar a esta campaña a través de nuestras redes sociales: Instagram, Facebook y Twitter, usando como eslogan #DecimosNO a la Ley y utilizando como estrategia didáctica a las viñetas, bajo la mirada creativa de @vale.raveca, con la idea de promover contenidos educativos que permitan dar a conocer de estos ejemplares: sus características físicas, localización, el estado de sus poblaciones; y con el propósito de sensibilizar sobre su importancia ecológica, la cual se está poniendo en riesgo, dada la situación de vulnerabilidad o el estado de indefensión de estos ejemplares, en virtud de los daños que implican significa el recurrir a alternativas no adecuadas para combatirlos, que van desde la matanza indiscriminada, hasta el uso de cebos impregnados con sustancias venenosas de las que también son víctimas otros animales.
El reto debe ser lograr un control eficiente y selectivo de estas especies, lo cual será posible a través de estudios ecológicos que permitan crear pautas y orientar el manejo sustentable de sus poblaciones, en aras de encontrar un equilibrio entre la ganadería y la conservación de la biodiversidad.
Dra. Ana Cecilia Reyes. Educadora Ambiental / Ilustraciones: Vale Ravecca / Collage: www.elagrario.com