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Vida en todos los sentidos

Poner fin al hambre en el mundo, ciertamente es uno de los propósitos más ambiciosos y urgentes que se ha planteado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y en este sentido, promueve en octubre de cada año dos días emblemáticos: el Día Mundial de la Alimentación (16) y el Día Mundial de las frutas y las verduras (17)

Qu Dongyu, Director General del organismo, acompañó la decisión de extender esta última fecha a los 365 días de 2021 al declararla Año Internacional de las Frutas y las Verduras (AIFV), argumentando la necesidad de promover el consumo de estos alimentos de alto valor nutricional, para el logro de un estilo de vida más saludable y la reducción del impacto medioambiental.

Era diciembre de 2020, un momento coyuntural en el que la inseguridad alimentaria rondaba a 750 millones de seres humanos y unos 1.000 millones no contaban con alimentos nutritivos suficientes; un período en el que la producción y el consumo de los alimentos de este rubro en los países en desarrollo, exigía acciones urgentes luego de la pandemia por Covid 19.

Asimismo, la decisión de ubicar las frutas y las verduras en el foco de la atención mundial durante todo un año, respondió a la preocupación de la FAO por el logro de los Objetivos 2 y 3 de Desarrollo Sostenible, centrados en garantizar una vida sana y poner fin al hambre, según reza en el texto del” Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2020”.

Sin embargo, para que las frutas y las verduras coadyuven a una vida sana y a un mundo sin hambre y sustentable, se requiere atender de forma inmediata las repercusiones ´del cambio climático y de la pandemia sobre la producción, la disponibilidad de mano de obra, el transporte y distribución de estas y crear las condiciones para que estos alimentos perecederos generen un mínimo de pérdidas y desperdicios y así reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el desgaste del agua y de la tierra.

Este logro también está condicionado al consumo, que va unido a las posibilidades de los ciudadanos para adquirir los 400 gramos diarios de frutas y verduras sugeridos por la OMS como parte de una dieta saludable, y que en la actualidad son limitadas para algunos grupos de población depauperada en países de Latinoamérica y del Caribe, debido a que su costo asciende a 3,98 dólares estadounidenses.

Como consecuencia, la población urbana se ha visto forzada a llenar el espacio de las frutas y las verduras con comida rápida, harinas, azúcares, grasas y sal, fomentando la obesidad y el sobrepeso, desórdenes alimenticios que se han incrementado en todos los grupos de edad, pero con mayor incidencia en los niños de menos de cinco años, superando en 2019 la media mundial de 5.6%.

La nueva dieta, de igual forma, desplazó el histórico esquema alimentario del hombre basado en 6.000 plantas, dándole preferencia a los cereales y ocasionado que 66% de la producción total de cultivos de todo el planeta se centre únicamente en nueve plantas, afectando la biodiversidad y colocando en riesgo de extinción a las restantes.

José Esquinas, de la FAO está convencido que estas distorsiones no se producen por falta de alimentos sino de acceso a estos y aporta cifras “escalofriantes”, según sus propias palabras asegurando que diariamente mueren 40.000 personas víctimas del hambre y la malnutrición, en un mundo donde paradójicamente se gastan 4.000 millones de dólares en armamento y se desperdician 1.300 millones de toneladas métricas de alimentos al año.

Todos somos corresponsables, dice el experto de la FAO, y podemos impactar positivamente como consumidores para paliar el hambre,  adquiriendo alimentos nutritivos producidos en un marco de justicia, no de explotación, y limpios, en el sentido que sean amigables con el ambiente…en otras palabras… “Debemos convertir nuestro carro de la compra en un carro de combate”.

MSc. Luz Delia Reyes. Periodista y Educadora Ambiental / Fotos: Cortesía

Fundación Huerto Los Ayamanes

Educación ambiental a través de herramientas pedagógicas creativas

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